Vincent van Gogh, A sesta, 1889/90, Musée d'Orsay, Paris.
Hay sonidos y rostros de campesinos
fatigados del labor inicuo,
de piel surcada por pigmentos de sol,
sin agua, sin un pedazo de pan,
durísimo que sea.
Se vislumbran mantos de gente
imberbe, desproporcionada, fea y sucia
de olor pestilente en el corazón de sueños
perfumados con la belleza de infancia.
Los sueños son gente y la gente,
de fea, casi se transforma en sinfonía
vibrante de notas de dolor matizada.
İ Mira! İ Adelante! İ Este es tu pueblo!
İ No vos avergoncéis de él!
İ Es él que se avergonzará de vosotros!
F.L.
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